sábado, 26 de enero de 2013

Crema de calabacín al toque de Flor de Esgueva

El otoño ya está aquí y con los primeros fríos, nada mejor que una crema de verduras para calentar el estómago.

La crema de calabacín es una de las recetas más habituales, que además suelen gustar a niños y a mayores.
 
Seguro que muchas veces la habéis preparado con quesitos (tipo Caserío), pero hoy os propongo hacerla con un toque especial, con aroma de Flor de Esgueva, un delicioso queso curado de oveja.




Ingredientes:

2 calabacines grandes
1 patata mediana (ó 2 pequeñas)
2 puerros
1 trozo de queso Flor de Esgueva
Agua y sal


 
 
 
La preparación no tiene ninguna complicación, además es rapidísima.
 
Pelamos y troceamos los calabacines. Yo no les quito toda la piel, porque además de que tiene muchas vitaminas, le da un poco de color a la crema. 
 



Pelamos las patatas, las partimos en trozos. De los puerros aprovecharemos únicamente la parte blanca.
 
Ponemos todas las verduras en la olla exprés, con un vaso de agua grande.
 
 
 
 
Cerramos la olla y cocemos durante 10minutos (contando a partir de que alcance la presión adecuada, según el modelo de olla rápida).
 
Cuando esté listo, retiramos todo el caldo de la olla y lo reservamos, ya que es posible que tengamos que añadirle un poquito para conseguir la textura deseada.
 
En este momento, todavía en caliente, añadimos el queso curado de oveja (con una porción de un grosor aproximado de 1cm es suficiente).
 
 
Lo troceamos y lo echamos en la olla junto con las verduras.
 
 
 
Trituramos todo con ayuda de la minipimer.
 
 
 
 
 
Probamos el punto de sal y rectificamos. Ojo con la sal, porque el queso ya le proporciona bastante sabor.
 
 
 
Esta receta (pero a fuego lento y sin puerros) la prepara Mikel en su casa rural de Ametzola (valle de Zeberio, en Vizcaya).
 
 
 
 
Tuvimos la suerte de ir a parar a aquél recóndito lugar en julio de 2011. El paisaje es precioso, la casa está perdida en un valle, alejada del mundanal ruido.
 
 
 
Pero lo mejor de todo es el cariño con el que allí tratan a cada viajero que llega a su casa. Mikel, además de gran persona, es un gran cocinero, así que durante nuestra estancia en Ametzola pudimos disfrutar de su excelente gastronomía vasca.
 
De modo que, aunque haya pasado más de un año desde que estuvimos allí, no quería dejar de recomendar este encantador lugar. Os dejo con algunas imágenes de la casa.
 
Ésta era nuestra habitación
 
 
 
Las vistas desde las ventanas
 
 
 
 
 
Y la sala de estar
 
 
 
Aquí el enlace a la web de Ametzola: http://www.ametzola.net/
 
Gracias por leerme!
 
Besos,
 
Gloria 

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