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jueves, 22 de mayo de 2014

¡HISTORIA REAL! Cumpleaños feliz, "Arroz y Gallón" para tí

La familia Romaní Martínez vivía en Valencia, cerca de la Alameda, uno de los lugares más bonitos de la ciudad.

Durante el verano se trasladaban al tranquilo pueblo de Rocafort. Allí los cuatro hermanos, Mamen, Fernando, Mapi y Javier se pasaban el día entero fuera de casa, jugando en la calle, cerca de la iglesia.


El papá era ingeniero industrial y la mamá se dedicaba a "sus labores", esas labores que consisten en hacer de la casa un verdadero hogar.

En esta casa, la celebración de los santos era mucho mayor que la de los cumpleaños, se invitaba a la familia, en fin, era un día festivo.

En cambio el cumpleaños era un día normal, pero la mamá tenía un detalle que era especial, teniendo en cuenta que a ella no le gustaba nada cocinar.

Cuando era el cumpleaños de uno de los hijos, la mamá le dejaba elegir al cumpleañero la comida para ese día.

Por ejemplo Javier solía elegir algo que no llevara bechamel (la aborrecía y ahora le encanta, cosas de la edad). Mapi algo que no fuera paella y Fernando, que era un poco puñetero, algo que a él le gustara, pero que no gustara a los demás.

Mamen tenía claro su plato preferido y todos los años le pedía a su mamá "Arrocito de gallón".


Han pasado ya unos cuantos años desde esta fotografía en la que vemos a Mamen con sus papás, pero ella sigue preparando la misma receta, tal y como la aprendió de su madre.


Se trata de un arroz que se prepara con redondo de ternera (también llamado gallón). Es un plato tradicional valenciano, pero poco conocido. Mamen no sabe si la receta es heredada de la familia materna, que es de Cullera, o de la paterna, que son del Grao.

INGREDIENTES:

1kg de gallón (redondo de ternera) de una pieza
2 cebollas grandes
3 tomates maduros
3 ajos
1 ó 2 hojas de laurel
1 cucharadita de pimentón
Un poco de azafrán
Sal y pimienta
Aceite de oliva virgen
Agua (la suficiente para medio cubrir la carne en la olla)
Arroz (medir una taza de café por persona y añadir una de más, para la paella, como dice la autora)



Salpimentamos la pieza de carne. Pelamos las cebollas y las cortamos en cuartos. Partimos los tomates por la mitad o a cuartos.



En la olla a presión cubrimos el fondo con aceite de oliva, añadimos los ajos (con la piel y un poco machacados). Cuando esté caliente el aceite ponemos la carne, vamos dando vueltas hasta sellarla por todos sus lados y conseguir que quede bien dorada.


Añadimos las cebollas, damos unas vueltas hasta que empiecen a tomar color. Echamos también en la olla los tomates troceados y las hojas de laurel.


Seguimos dándole vueltas al menos unos 3 minutos, a fuego medio - alto.

Retiramos la pieza de carne y dejamos las verduras en la olla. Si vemos que lo necesita, añadimos un poco más de aceite. Removemos de vez en cuando.



Se queda un poco oscuro el fondo, pero no pasa nada, es así.


Cuando esté todo muy sofrito, volvemos a poner la carne en la olla y añadimos un poquitín de pimentón. Removemos y rápidamente añadimos el agua. Ponemos sal y cerramos la olla.


En este modelo de olla (WMF) una vez que la presión suba al segundo anillo, debe cocer durante 10 minutos como mucho.

Cuando baje la presión de la olla exprés y podamos abrirla, sacamos la carne y la apartamos en un plato. Por otro lado, colamos el caldo. El caldo queda oscuro, por el dorado de la carne saldrá casi marrón, eso es buena señal.




Tiramos el laurel y reservamos también las cebollas, tomates y ajos, que serán casi una pasta.

Todo este proceso puede hacerse el día anterior.

Para preparar el arroz, en una paella adecuada a los comensales, ponemos un poco de aceite de oliva y añadimos muy picadita la mezcla de cebollas, tomate y ajo que habíamos obtenido del caldo. Se sofríe uno o dos minutos.


Añadimos el arroz, le damos unas vueltas.

Si el caldo está frío (en caso de haberlo hecho el día anterior) lo calentamos en un cazo a parte.

Cuando el arroz tome un aspecto casi transparente, añadimos un poquito de pimentón y azafrán (mejor si está previamente tostadito). Removemos rápidamente y añadimos el caldo caliente.


La proporción será tres tazas de caldo por cada taza de arroz.

Se cuece a fuego fuerte durante unos primeros minutos, después bajamos el fuego y vamos probando. El tiempo de cocción ideal es entre 15 y 18 minutos.



Debe quedar un arroz seco y "socarrat".



El redondo de ternera puede tomarse como segundo plato, acompañado de patatas fritas. Pero como es una comida contundente, mejor comer el arroz acompañado por ejemplo de una ensalada, y reservar la ternera para el día siguiente.

La ternera fría se puede filetear muy fina, con un cuchillo bien afilado o un cortador de fiambres y acompañar de una salsa que Mamen nos propone, al estilo italiano "Vitello Tonnato".

VITELLO TONNATO

La ternera fileteada bien finita se sirve en frío y se acompaña de una salsa con los siguientes ingredientes:

2 ó 3 pepinillos
1 cucharada de alcaparras
2 ó 3 anchoas sin el aceite
1 lata de atún (con el aceite escurrido)
Unas cucharadas de mayonesa o en su lugar un poco de mantequilla y un chorrito del caldo anterior


Trituramos estos ingredientes con la batidora hasta obtener una pasta muy fina. Añadimos mayonesa al gusto, cuidando que la mezcla quede homogénea. Enfriamos la salsa.

A la hora de servir, cubrimos una fuente o plato grande con la ternera laminada y ponemos la salsa por encima.


Podemos decorar por encima con unas alcaparras y unos brotes verdes (como diría Zapatero ;) y disfrutar de un plato espectacular.

Imagen de Directo al Paladar

* * * * * *
¿Habéis visto que dos recetas tan originales? Me encantan las comidas como éstas, que te permiten cocinar un día y te resuelven el menú para varias veces.

¡Muchísimas gracias Mamen!, por enseñarnos estos dos platos tan ricos, aderezados con un poquito de tu historia familiar.

Trabajamos juntas en Ortoprono, ella en administración y yo en la ortopedia. Y así, entre recetas de sillas de ruedas y ortesis, intercambiamos otras recetas, pero de las comestibles ;) 


http://www.sumergeteydisfruta.com/2014/01/historias-reales-y-recetas-geniales.html

martes, 7 de enero de 2014

Los crepes suzette de mi padre... ¿En el cielo hay Wi-Fi?


Érase una vez un papá que viajaba por el mundo por motivos de trabajo. En su empresa fabricaba y comercializaba maquinaria para calzado y para coser el pelo de las muñecas.

Cuando regresaba a casa, después de un largo viaje, abría su enorme maleta sobre la moqueta del salón y repartía regalos para todos, mientras contaba sus aventuras. Era un momento muy especial.

De aquella maleta salían, por ejemplo: perfumes para mamá, vestidos mejicanos, mangos y papayas (que en aquella época eran frutas raras en España), alfombras de la India, exóticas "chuches", maquinitas de videojuegos y casi siempre una preciosa muñeca para su hija (regalo de algún cliente).


Los viajes eran algo ocasional, normalmente éste papá estaba en casa, y los fines de semana tenía todo el tiempo del mundo para ayudar a sus hijos con los trabajos del colegio. 

A éste papá le encantaba comer bien, y era capaz de recorrer kilómetros para degustar sus manjares preferidos:
- Unos pastelicos de carne de Murcia.
- Las tortitas saladas de Benijófar.
- Las alcachofas en conserva de la Vega Baja.
- Un caldero en el Mar Menor o ¡en Mojácar!
- Las toñas de La Purísima, en Crevillente.
Era lo que hoy en día se conoce como "foodie".

Les insistía mucho a sus hijos para que se animaran a probar aquellos alimentos que de entrada no les gustaban:
- Nooo meee guuussstaaaaa...
- ¡Pero si no lo has probado! Venga, no seas "melón"... ¿tú crees que papá te va a dar algo malo?

Y así, una y otra vez, con infinita paciencia... hasta que no tenían más remedio que probarlo, y al cabo de los años, terminaban por darle la razón. Poco a poco, sin darse cuenta, estos niños fueron educando su paladar.

Normalmente la que cocinaba en casa era la mamá, pero él tenía sus platos "estrella". Sus especialidades culinarias eran muy apreciadas por amigos y familiares:
- All i oli casero, hecho en mortero.
- Salpicón de marisco.
- Cabello de ángel y dulce de membrillo en conserva.
- Salmón marinado. 
- Kokotxas de bacalao.
- Huevos fritos con patatas muy crujientes.
- Pipes i carases
- Etc, etc...
 

Éste papá era súper goloso, siempre decía que a los postres les faltaba azúcar...  Uno de los dulces que más preparaba eran unas deliciosas torrijas de pan Bimbo para desayunar y algún día como postre especial, los Crepes Suzette, que hoy os cuento.

Vicente se nos fue en 2012 y a él, mi papi, le dedico esta receta, bueno ¡el blog entero!

Cuando pensé en crear esta sección de "HISTORIAS REALES, RECETAS ¡GENIALES!" no pude evitar pensar que mi padre, de haber podido participar, habría hecho algo realmente genial. Además de la cocina le encantaba la fotografía y era un excelente maestro, podía hablar de cualquier cosa, sabía de todo y lo explicaba todo ¡tan bien!

Así que esta primera "receta con historia" va por tí papá, espero estar a la altura ;)

No sé si en el cielo hay Wi-Fi, pero según nos contaban en el catecismo ¡se pueden disfrutar los mejores manjares!



INGREDIENTES (para unos 8 crepes):
1/2 litro de leche
2 huevos
200gr de harina
1 nuez de mantequilla
1 pizca de sal
Un poco de aceite o mantequilla para engrasar la superficie de la sartén

Para preparar la masa de los crepes, batimos todos los ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea y sin grumos (con una batidora se hace mejor, pero puede hacerse a mano). También venden preparados para hacer crepes en tetra brick, no los he probado, porque es tan sencilla de hacer la masa que no merece la pena, además hecho en casa siempre es más natural.

Ponemos al fuego una sartén, la engrasamos con un poco de mantequilla (la untamos con ayuda de un papel de cocina). Vertemos la cantidad justa de líquido y rápidamente movemos la sartén un poco para que la masa se extienda y cubra toda la superficie, con la intención de que nos quede lo más finito posible. Cuando se dore, le damos la vuelta.



Si nunca has hecho crepes a lo mejor el primero te queda un poco grueso, pero con un par de veces que pruebes, enseguida le coges el tranquillo. Lo importante es contar con una buena sartén antiadherente.

Los crepes están deliciosos rellenos tanto de dulce (Nocilla ó Nutella, dulce de leche, con nata o mermelada) como de salado, por ejemplo de jamón york y queso o en esta versión un poco más elaborada que ya os conté: Crepes de cebolla caramelizada, virutas de lomo y emmental

Pero, si se trata de un día un poco especial LOS CREPES SUZETTE son una opción genial.

Crepes "Suzette" (4 unidades):
4 creps
2 vasos de zumo de naranja natural
2 cucharadas soperas de Cointreau (opcional)
25 gr (aprox) de mantequilla
2 ó 3 cucharadas de azúcar


Exprimimos las naranjas para hacer zumo ¡ni se os ocurra usar zumo embotellado de naranja! ¡qué sacrilegio!

Si está muy ácido, añadimos azúcar al zumo (si la naranja está en su punto no es necesario).


Derretimos la mantequilla en la sartén y añadimos 2 cucharadas de Cointreau. El Cointreau es un licor obtenido de destilar cáscaras de naranja, tanto dulces como amargas. Es fuerte, tiene 40º. Se puede incluso flambear.

Pero el Cointreau es opcional, si no tenéis o no queréis ponerle alcohol, la receta sale también muy rica. En cualquier caso el alcohol se evapora con el calor.

Cuando la mantequilla esté derretida, añadimos el licor y el zumo de naranja natural (2 vasos).


A continuación doblamos los crepes por la mitad, dos veces, formando un abanico como se aprecia en la imagen


Los ponemos en la sartén con el zumo y dejamos que se vayan empapando del caldito, a fuego medio.



Les damos la vuelta para que se mojen bien por ambos lados.



Probamos el caldo, si está muy agrio, añadimos un poco más de azúcar (puede ser azúcar normal o glas). ¡Vicente seguro que le pondría! ;)



Dejamos a fuego medio unos minutos, hasta que quede una salsita un poco espesa.


Y por último emplatamos, ¡combinan fenomenal con nata montada!



Os garantizo el éxito de este postre ¡Es una receta genial!

A mis padres, entre tantas y tantas cosas, les tengo que agradecer mi pasión por la cocina y la gastronomía. Gracias a su insistencia puedo decir con orgullo que me gusta prácticamente todo, que sé apreciar la calidad en un plato y sobre todo que sé disfrutar saboreándolo.

Aquellos que conocísteis a mi padre (Vicente Pomares Aracil) y sabéis lo maravilloso que era, espero que os animéis a preparar este postre, que seguro que él estará encantado de que lo recordéis de un modo tan "dulce".

Besos,

Gloria.
 *****

El día 12 de enero de 2014 le escribí a Begoña Rodrigo del "Restaurante La Salita" (Ganadora de Top Chef 2013) a través de Twitter:
 

A los pocos segundos marcó mi tweet como favorito, me retuiteó y me contestó:


Y yo, flipada, le respondí: